La lista de nominados a los Grammy 2026 ya es oficial… y hay un vacío que no deja de hacer ruido. Clair Obscur: Expedition 33, ese juego que parecía esculpido con luz y sombra, no está entre las candidatas a “Mejor Banda Sonora para Videojuegos y Otros Medios Interactivos”. Y duele.
Porque su música no era solo música: era atmósfera, era silencio que se colaba por las grietas. Lorien Testard construyó algo que no necesitaba permiso para emocionar. Pero esta vez, no fue suficiente.
La ceremonia de los ecos ausentes
Los Grammy existen desde 1959, pero los videojuegos no entraron en su radar hasta décadas después. Journey abrió la grieta en 2012. Y no fue hasta 2023 que la industria digital tuvo, por fin, su propia categoría. Desde entonces, hubo reconocimientos justos: Stephanie Economou, Stephen Barton, Winifred Phillips. Este año, los nombres que sí están en la lista son respetables: Helldivers 2, Indiana Jones, Avatar, Star Wars Outlaws, Espada del Mar.
Pero…
La música que no escucharon
El 7 de noviembre, la Academia reveló los nominados de 2026. Y mientras todos miraban la lista, muchos sintieron esa incomodidad que no se dice, pero que se queda. Clair Obscur no está. Tampoco Death Stranding 2, ni Hollow Knight: Silksong, ni Hades 2, ni Mario Kart World, ni Donkey Kong Bananza. Algunas, tal vez, fuera de tiempo. Pero otras no. Otras simplemente… ignoradas.
Testard no compuso para ganar. Compuso para habitar el mundo de Maelle, para que cada rincón —desde la cueva siniestra hasta el casino volador— tuviera su propio latido. Y eso, quizá, no entra en una categoría.
Cuando el reconocimiento suena hueco
Lo extraño no es solo quién falta, sino quién está. Tres de las cinco bandas sonoras seleccionadas nacen de franquicias enormes. Dos son DLC. Y algunas, como Avatar y Star Wars Outlaws, repiten presencia tras haber sido nominadas el año pasado. ¿Dónde queda el riesgo? ¿Dónde queda la voz nueva? Clair Obscur propuso algo distinto, pero parece que, por ahora, lo distinto no tiene lugar.
No sabemos si en 2027 la Academia reparará esta omisión. Lo que sí sabemos es que hay sonidos que no necesitan premios para quedarse. Y Clair Obscur, aunque no tenga trofeo, ya vive en el oído de quienes supieron escuchar.
